¿Cómo nos sentamos? ¿Cómo levantamos un peso del suelo? ¿Cómo trabajamos en la oficina? ¿Cómo hacemos las tareas del hogar? ¿Cómo practicamos deporte? Por todos es conocida la importancia de tener una buena postura para realizar todas estas actividades. Si estas posturas son incorrectas y repetidas en el tiempo pueden aparecer molestias y dolores que impiden realizar dichas actividades correctamente. El uso prolongado de patrones posturales viciados o movimientos repetitivos, por ejemplo en el trabajo, hace que vayamos modificando actitudes que, si perduran en el tiempo, pueden modificar nuestra postura.

Un cambio de postura en el cuerpo hace que el movimiento sea diferente, doloroso o incompleto. Si una articulación tiene su posición alterada hace que el movimiento sea molesto e incluso doloroso. Todos tenemos alteraciones posturales y el reflejo de esas alteraciones posturales son el reflejo de los cuerpos que vemos en el día a día. La alteración postural es la respuesta de compensación de nuestro organismo al entorno en que vivimos (nuestro trabajo, actividades cotidianas, el deporte que practicamos…) Nuestro estilo de vida condiciona esas alteraciones posturales.

El método pilates es un sistema de entrenamiento físico y mental que tiene en cuenta todo el conjunto del cuerpo, no solo la parte dolorosa. Trabajando con la persona en su conjunto se pueden realizar cambios en su postura y organización que se traducen a una mejora de su calidad de vida. En Pilates se ve al cuerpo de forma holística, el cuerpo como elemento de diagnóstico y a la vez de tratamiento.

Como profesionales reeducadores del movimiento, al ver a una persona moverse, podemos deducir cual es el fallo mecánico y dictar ejercicios para que ese fallo mecánico pueda corregirse.

Combinando ejercicios de fuerza, equilibrio, flexibilidad, coordinación, concentración, trabajo de la postura, la consciencia corporal acompasado por la respiración, los ejercicios son controlados y dirigidos haciendo que el trabajo se realice de manera propioaceptiva. Esto genera un beneficio que con el entrenamiento se incorpora a las actividades de la vida diaria, obteniendo más control de su postura y de sus movimientos.

¿Por qué es bueno elegir pilates cuando tienes dolor de espalda?

Porque enfatiza en la elección de una buena postura, tomando consciencia del control del centro como estabilidad lumbo-pélvica, asegurando una correcta organización cabeza-cuello- hombros, una estabilidad escapular y una adecuada alineación de miembros inferiores.

La posición del torax está relacionada con el trabajo abdominal y la posición de la pelvis. Los ejercicios se centran en la estabilización de la región lumbo pélvica y el suelo pélvico trabajando la musculatura profunda que envuelve a la columna, a la caja torácica y a la pelvis. Como el método se adapta al acondicionamiento físico de cada persona, a las necesidades de cada persona y a las limitaciones físicas de cada persona el beneficio es para todo el mundo independientemente de la edad, forma física o limitaciones que tengamos.

En pilates nos centramos en reducir el dolor en las estructuras en disfunción, disminuir y trabajar aquellas articulaciones en las que la mécanica no es buena, para eso se estabiliza el movimiento en las articulaciones que tienen hipermobilidad y se estimula el movimiento en articulaciones que tienden a la hipomovilidad. Con todos estos principios se desarrolla consciencia corporal y control de movimiento. En pilates se hacen ejercicios funcionales que te ayuden a llevar esta consciencia corporal y control de movimiento a la vida cotidiana y ahí es donde está el mayor beneficio: mejorar la postura, al mejorar la mecánica y control motor, al fortalecer y flexibilizar el músculo, al flexibilizar las articulaciones. Como resultado tendremos un mayor control sobre nuestros
movimientos que serán más ágiles, una mejora en la calidad de vida, lo que se traduce a un mayor bienestar.

Beneficios del pilates:

– Mejora la postura , flexibilidad, coordinación, eficiencia y organización en nuestros movimientos.
– Ayuda a eliminar la tensión muscular.
– Previene lesiones y acelera su recuperación
– Alivia las tensiones crónicas y el dolor severo
– Perfecciona los movimientos para darle fluidez y naturalidad.
– Amplía el repertorio disponible de movimientos.
– Mejora la concentración, ritmo, calidad y eficiencia en el movimiento.
– Recupera el sentido joven del movimiento.
– Aumenta la flexibilidad muscular y el nivel de energía.
– Aumenta la sensación de vitalidad.
– Equilibra la respiración.
– Favorece el equilibrio emocional.
– Mejora la calidad de vida.

En pilates no interesa únicamente aliviar los síntomas, es una forma de descubrir cada rincón de tu cuerpo.